viernes, 25 de enero de 2019

“La cultura del terror”, un escrito de Eduardo Galeano






Comparto, con ustedes, este texto de Eduardo Galeano:

“La cultura del terror”

La extorsión,
el insulto,
la amenaza,
el coscorrón,
la bofetada,
la paliza,
el azote,
el cuarto oscuro,
la ducha helada,
el ayuno obligatorio,
la comida obligatoria,
la prohibición de salir,
la prohibición de decir lo que se piensa,
la prohibición de hacer lo que se siente,
y la humillación pública
son algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales en la vida de familia. Para castigo de la desobediencia y escarmiento de la libertad, la tradición familiar perpetua una cultura del terror que humilla a la mujer, enseña a los hijos a mentir y contagia la peste del miedo.
—Los derechos humanos tendrían que empezar por casa —me comenta, en Chile, Andrés Domínguez.

Eduardo Galeano

De: “El libro de los abrazos”


Nota: este texto es aplicable a la violencia hacia la mujer y, también, a la que se ejerce contra los niños y los adolescentes.





martes, 8 de enero de 2019

“Se llama calma”, un bello poema del Dalai Lama






Se llama calma

“Se llama calma y me costó muchas tormentas.
Se llama calma y cuando desaparece, salgo otra vez en busca suya.
Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y a repensar.

Se llama calma y, cuando la locura la tienta, se desatan vientos bravos que son difíciles de dominar.
Se llama calma y llega con los años, cuando la ambición de joven, la lengua suelta y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría.

Se llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma, entregándose enteros a quien quiera recibir y dar.

Se llama calma cuando la amistad es tan sincera que se caen todas las máscaras y todo se puede contar.
Se llama calma y el mundo la evade, la ignora, inventando guerras que nunca nadie va a ganar.

Se llama calma cuando el silencio se disfruta, cuando los ruidos no son solo música y locura sino el viento, los pájaros, la buena compañía o el ruido del mar.

Se llama calma y con nada se paga. No hay moneda de ningún color que pueda cubrir su valor cuando se hace realidad.

Se llama calma y me costó muchas tormentas y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar.
Se llama calma, la disfruto, la respeto y no la quiero soltar…”






Imagen encontrada en internet, modificada para el blog:







CTF = Considere Todos los Factores

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