domingo, 23 de septiembre de 2018

“Si yo tuviera vida”, un escrito de Johnny Welch






Dijo una marioneta de trapo:

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso pero, en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco y soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía mientras los demás hablan, y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate! Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón... escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. A un niño le daría alas, pero dejaría que el solo aprendiese a volar. A los viejos, a mis viejos, les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre. He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero, finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo...”


Del libro "Lo Que Le He Enseñado a la Vida" por Don Mofles (Johnny Welch), ©1996, Editorial Selector



Nota: agradezco a los que han leído toda la publicación. Quiero aclarar, y recalcar, que este texto fue escrito por Johnny Welch, escritor, cómico y ventrílocuo. Que lo escribió para una presentación en Santiago de Chile, para su “marioneta” o el muñeco que aparece en la imagen de este relato. Su autor no es Gabriel García Márquez, como por error se le ha atribuido y difundido ampliamente, desde hace muchos años, como si fuera una “Carta de despedida” de “Gabo”, a sus amigos y conocidos, cuando se encontraba gravemente enfermo, algunos años antes de su muerte.

Procedo a copiar algunos párrafos del artículo de Juan Carlos Pérez Salazar, en BBC Mundo, Ciudad de México, donde afirmaba que hay poemas que parecen tener vida propia, refiriéndose al texto conocido como "La marioneta” o “Si yo tuviera vida”, del mexicano Johnny Welch.

Desde hace más de una década circula por internet bajo el nombre de Gabriel García Márquez y aunque Welch -y el propio Gabo- explicaron el error en varias ocasiones, el poema, como una hidra, resurge una y otra vez. En realidad nadie sabe cómo ni cuándo empezó a decirse que el poema lo había escrito Gabo. Pero toda la historia bien merece un lugar en los anales del realismo mágico.

“Según le relató el propio Welch a mi colega Will Grant, la bola de nieve empezó durante una teletón en Santiago de Chile. Welch, quien se define como "integrante del show business", es también escritor, cómico… y ventrílocuo.” Y, por ello, fue invitado por el famoso presentador de televisión chileno Don Francisco a la teletón chilena.

"Sentí la necesidad de transmitirle al público algo serio, del alma, del corazón, así que un día decidí escribirlo. Y escribí “La Marioneta". A pesar de que su representante no estaba muy convencido, Welch incluyó el poema como parte de su repertorio en Santiago. Entonces, algo extraordinario ocurrió.

"Al cierre leí el poema, era en un teatro, cadena nacional, hago el poema y veo que todo el teatro se empieza a llenar de pañuelos blancos, la gente empieza a llorar".

A su regreso a México lo invitaron a un programa de televisión, donde recita de nuevo el poema. "Ese día recibimos 500 llamadas pidiendo que se repitiera. Mi representante me dijo que tenía que escribir un libro. Lo hice y se vendió muy bien para ser México".

Algún tiempo después, Johnny se enteró que el poema circulaba de manera anónima por internet. No le dio importancia, como tampoco se la dio cuando le contaron -poco después- que se lo atribuían a García Márquez. "En ese momento no me provocó ninguna sensación, porque lo que pensé es que alguien lo subió a internet y se le ocurrió poner Gabriel García Márquez así como pudo poner Mario Benedetti".

Sin embargo, un año después recibió una llamada de una tía, quien le dijo que estaban hablando de su poema por la radio. A partir de ese momento, la bola de nieve se hizo irrefrenable: empezó a recibir llamadas de los principales programas de radio y televisión solicitando entrevistas. ¿Qué había ocurrido?

"Unos días antes el periódico más importante de Perú, La República, saca un encabezado diciendo que el poema “La Marioneta” es la obra póstuma de García Márquez y que se lo está dejando a sus amigos en el momento en que está con un problema de cáncer en un hospital en Los Ángeles".

Esto llevo a que García Márquez convocara a una rueda de prensa para aclarar el tema. Dijo: “señores, yo quiero decirles que estoy vivo y que lo único que me podría matar es que digan que yo escribí algo tan cursi", recuerda Welch.

¿Le molesto que Gabo calificara su poema de "cursi"? "No me molestó. Lo que respondí es que eran unas declaraciones muy válidas: Es alguien que es el escritor más importante del habla hispana y yo no escribo con el conocimiento, escribo con el corazón. Y si yo logro cambiar en una persona en el mundo un sentimiento de odio por uno de amor, el poema a cumplió su función".

Otro año y medio pasó. Entonces, asegura Johnny Welch, recibió una llamada de Ignacio Solares, director de Difusión Cultural de la Universidad Nacional de México, la UNAM. Me dice: "Johnny, ayer, en una entrevista con el rector, estaba el maestro García Márquez y pidió conocerte".

De esta manera, la historia dio el círculo completo. El cómico se descubrió sentando en la sala de su casa, conversando amigablemente con el gran Gabriel García Márquez. Y por supuesto, con el muñeco de ventrílocuo al lado.

"Nos sentamos a platicar y me dice: 've Johnny, yo estaba con problemas de salud en Los Ángeles y me empezaron a bombardear con un poema, no sabía de qué me hablaban. Alguien me dice: es un poema cursi que está girando en internet. Entonces yo cometo el error de hacer la rueda de prensa y decir 'un poema cursi', pero yo no lo había escuchado, lo escuché cuando lo hiciste en un programa". Según Welch, Gabo remató con una frase increíble: "Y después de escucharlo decidí que era el momento de sentarme a escribir mis memorias".

"Toda nuestra conversación fue llena de humor. Yo quería hablar en serio con él, aprender, y él sólo quería bromear. Me hizo sacar al muñeco y le hablaba al muñeco como si estuviera vivo, todo era muy en broma". Y el final de la charla es digno de un relato de García Márquez.

"Hasta que llegó un momento en que le dije: 'maestro, el hecho de que usted esté aquí frente a mí no puede ser una casualidad, son muchas casualidades'. Y me contesta: 'no Johnny, esto no es una casualidad, esta es una historia que tenía que ser'".



Gabriel García Márquez, Don Mofles y Johnny Welch

Para los que quieran escuchar este texto en las palabras del autor:
“Si yo tuviera vida” o “La marioneta”: https://youtu.be/jetlsd-ovC8
 



Imágenes, encontradas en Internet, de Don Mofles, la marioneta del ventrílocuo Johnny Welch: https://diariojudio.com/opinion/la-marioneta/19162/. Y, otra, de Gabriel García Márquez, Don Mofles y Johnny Welch: https://pm1.narvii.com/6389/c4e2b7f9a7f7d3276844455b3ea8b347f8c8d525_hq.jpg





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